Nadie recuerda cómo empezó todo, una fuga en las instalaciones, una infección programada… solo hay una cosa clara, la corporación es la única capaz de algo así. Ahora solo existe el hambre, la destrucción y la muerte. Los que no hemos sido infectados sobrevivimos en pequeños grupos ocultándonos de los devastadores rebaños e intentando hacernos con todo aquello que nos permita sobrevivir un día más. Aquellos que han estado en contacto con el virus han agudizado sus sentidos moviéndose solo por la necesidad de eliminar cualquier rastro de vida mediante el contagio. Los llamamos los “nomuertos” y van dejando un rastro de aniquilación, muerte y destrucción a su paso. Una cosa está clara, si existe un virus tiene que existir un antivirus y debe hallarse en “la colmena”. Aquellos que han conseguido acercarse a las instalaciones hablan de una presencia cuyo objetivo es proteger la entrada a la colmena, lo llaman El Centinela. Solo espero que alguien reciba este mensaje y se haga con la cura.
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