Durante el confinamiento, La Cripta permaneció cerrada. Cuando volvimos a abrirla, nos sorprendió comprobar que no había estado cerrada, algunos grupos de jóvenes que la conocían, la utilizaron para divertirse, estar de fiesta y sobre todo para realizar rituales... El último grupo que entró, nunca logró salir. Hemos optado por abandonar La Cripta. En vuestra conciencia está si queréis ayudarlos u olvidarlos para siempre..
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