Quizás no deberían haber hecho caso de aquel guía turístico en Rumanía, el que les convenció para entrar en los aposentos de Drácula. Quizás deberían haberse dado cuenta de que se trataba de una trampa. Ahora sólo les queda intentar escapar, antes de que se haga de noche y sea demasiado tarde...
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