En 1994, tres cineastas trataron de grabar un documental en el bosque de Black Hills acerca de la leyenda local de la bruja de Blair. Veinte años más tarde, unos estudiantes decidieron acampar en ese mismo lugar para intentar descubrir qué ocurrió aquella noche. Nadie volvió para contarlo. Tras realizar una extensa investigación infructífera sobre los sucesos, he llegado a la conclusión de que lo mejor sería acampar una noche en el propio bosque siguiendo una sola máxima: No mirarla a los ojos. Mis hallazgos indican que, de hacerlo, la muerte está asegurada. Busco a gente tan intrépida como yo que quiera colaborar en mi investigación. Esta información es altamente confidencial, puesto que, desde hace años, la entrada al bosque de Black Hills está terminantemente prohibida. Por favor, seguid mis indicaciones con prudencia. Un saludo, Garci.
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