En una pequeña casa de las afueras de Granollers, vivían el señor Roig y su esposa, la señora Roig, muy cerca del antiguo cementerio de Granollers donde él era el enterrador igual que habían sido sus antepasados. Conocía cada rincón, cada nicho, cada tumba. Un frio día de invierno, ella falleció. El vecindario no se lo esperaba ya que ella parecía que no había estado mal hacía mucho tiempo. Fue algo muy repentino. A raíz de la muerte de la señora Roig, el señor Roig se quedó cada vez más apartado de la sociedad, cada día más delgado, más pálido, a penas salía de casa, hasta que dejó de trabajar. Pocos meses después, empezaron a pasar cosas extrañas en el entorno del cementerio. Había gente que decía que había visto cosas extrañas, sombras, ruidos, una sensación extraña por el cuerpo al pasar cerca del cementerio. Se decía que el espíritu de la señora Roig se había quedado atrapado en el cementerio, esperando a que su marido fuera a buscarla. A día de hoy, no se habla mucho del tema, y nadie se acerca mucho por el cementerio ya que nunca dejaron de tener la sensación de que algo estaba allí dentro, de que algo les mira, les sigue. Todo el que quiera entrar en el antiguo cementerio, tendrá que ir a ver al señor Roig, ya que él es el único que conoce cómo entrar y salir de allí. ¿Qué pasa en el antiguo cementerio de Granollers? ¿Serán ciertos los rumores? El que se atreva a entrar, tendrá que ir muy cuidadosamente si no quiere que lo que haya allí dentro, sepa que ha entrado. ¡El tiempo corre!
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