El reactor 4 de la central explotó la semana pasada. Todos los esfuerzos de la URSS están centrados en paralizar la radiación descontrolada de esta tragedia, pero hay algo más. Bajo la central, en el sótano 21, acecha un peligro que podría acabar con toda Europa. Un arma de destrucción masiva que debe ser desactivada antes de que el magma que devora los cimientos de la central llegue ni tan siquiera a calentarla. Camaradas, el destino de la humanidad está en vuestras manos… ¡Larga vida madre patria!
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